La encuesta del CIS otorga a UPyD hasta 3 escaños, pero Francisco Sosa Wagner (1946, Alhucemas, Marruecos español) no sabe aún cómo va a administrar el creciente apoyo popular. Ha estado solo durante cinco años en el grupo de los no adscritos, donde también están el Frente Nacional francés de Marine Le Pen, el Partido de la Libertad holandés o el UKIP británico, pero asegura que fue por voluntad propia. Según él, es su formación, UPyD, la que es "eterna" y sobrevivirá a Rosa Díez. Por "cultivar el intelecto" no hace vida de partido más que en elecciones y se dedica a Alemania, sus escritores y filósofos, y la reflexión sobre Europa.
-Dice en una entrevista reciente que sólo pondrá como condición la defensa del europeísmo y de la unidad de España para integrarse en un grupo político europeo. Pocos partidos los dejarían fuera por esas dos peticiones. ¿En qué grupo se van a integrar? Se lo pregunta mucha gente, pero para responder a eso es necesario saber los grupos que habrá. Y eso cambia en cada legislatura. Cuando llegué en 2009 surgió un nuevo grupo político que se escindió de los populares y los socialistas se cambiaron el nombre para incluir a diputados italianos. Lo veremos a partir del día 26.
-UPyD es un partido intensamente amado y odiado en España, al que otros han hecho el vacío. Sorprende que en la Eurocámara hayan estado cinco años solos, sin grupo político.
He estado solo porque no he querido entrar en ningún grupo. Ofertas no me han faltado, así que no he sido rechazado. Ha tenido inconvenientes, como que me he tenido que hacer yo muchas cosas, pero también he sido muy libre.
-La Eurocámara y los partidos europeos aseguran que estas elecciones son distintas, porque hay candidatos a presidir la Comisión Europea. ¿Cuál es el suyo?
Es falso que estas elecciones sean distintas porque se pueda elegir al presidente de la Comisión. Las elecciones son decisivas, pero no por esta razón. O yo estaba borracho como una cuba en septiembre de 2009 o no sé qué pasó, porque participé en la votación del presidente de la Comisión. Entonces, [José Manuel Durao] Barroso fue propuesto por el Consejo, aparte de por los enredos internos, porque la familia popular y conservadora había ganado las elecciones de largo. En cuanto a los cinco candidatos que hay, vamos a esperar lo que nos dicen cuando hagan su programa de Gobierno. Ahí sí hay una novedad: el Consejo parece que tendrá que escoger entre estas cinco fotos.
-Usted defiende convencido el federalismo europeo mientras su partido defiende la importancia de España como Estado, al que quieren reforzar devolviéndole competencias autonómicas como sanidad o educación. ¿No es contradictoria una Europa federal con una España recentralizadora?
No lo creo. En Alemania en el año 2006 se cerró una reforma del Estado federal y se ha reforzado el papel del bund, o la federación. Se ha recortado mucho el papel del Bundesrat, la cámara alta que representa a los lander. Hay muchas versiones y posibilidades de Estado federal, casi a la carta. Lo que a UPyD le parece un poco fuerte es que una comunidad autónoma no acepte una sentencia del Tribunal Constitucional, como pasa en Cataluña con el castellano. Yo defiendo un Estado descentralizado y una estructura federal europea. No es contradictorio.
-Se mira mucho en Alemania, pero su partido es contrario a reformar la Constitución para avanzar hacia un Estado federal.
Personalmente he defendido hablar de la reforma de la Constitución, pero mi tesis es que no es posible. La Constitución es la base de la convivencia política y para cambiarla es importante que sea una sociedad integrada la que empiece ese camino. En estos momentos no se dan esas condiciones. Tenemos un poder público legítimo en Cataluña que está defendiendo la secesión, una quiebra tan grande que hace imposible ponerse de acuerdo en las cuestiones básicas.
-"Si es por el interés de España, bienvenida sea" una gran coalición PP-PSOE. Es una manera curiosa de llegar al fin del bipartidismo…
Mi expresión era irónica. Quería decir que menos mal que se van a poner de acuerdo por el bien de España, porque hasta ahora se han puesto de acuerdo para nombrar magistrados e intervenir en el poder judicial.
-Si soy de UPyD y no lo sé, ¿cómo puedo hacer para darme cuenta antes del día 25?
Los que estén de acuerdo con una democracia degradada, con escándalos de corrupción que afectan a la sustancia misma del Estado, el que esté de acuerdo con la ocupación política de poderes como el judicial, debe seguir votando al PP y al PSOE. El que no, que busque otras siglas. Hay que dar un cambio, abrir una ventana y airear la democracia.
-UPyD ha reconocido muchos puntos de encuentro con Ciudadanos, pero no se presentan juntos. ¿En qué se diferencian?
Hay puntos de coincidencia con ellos, pero también con populares o socialistas. También coinciden a veces las empresas informativas y no por eso se unen. Nuestra experiencia es nacional, estamos presentes en toda España y tenemos un cuerpo doctrinal muy trabajado para cada problema. La experiencia con un partido regional no es buena, y ahí está el PSOE y el PSC para demostrarlo holgadamente. Tampoco creo que en lo que hemos hablado de la educación y la sanidad Ciudadanos llegase a las mismas conclusiones. Quizás pudiéramos lograr más votos juntos, pero sería a costa de la claridad del mensaje.
-Ha sido miembro titular de la comisión de Industria, Investigación y Energía de la Eurocámara. ¿Cuál ha sido su mayor logro?
He intervenido en varios asuntos y he redactado un informe sobre infraestructuras e interconexiones energéticas, un tema muy importante que después dio lugar al reglamento sobre el tema. Es importante, pero con la crisis de Ucrania ha adquirido más protagonismo. España se puede convertir en la vía de entrada del gas del Magreb y alterar los presupuestos sobre los que se ha construido la política gasística.
-También ha sido ponente del informe sobre la gobernanza de Internet. ¿Es partidario de regular más las redes sociales?
Yo me centré más en la corporación americana ICANN que desde California atribuye dominios, pero las redes sociales no se pueden regular por el Estado. Lo tienen que regular los propios usuarios, expulsando a los que se comportan de una manera agresiva. Igual que cuando uno entra en un restaurante y ve a alguien meando en una esquina. Es un problema de autorregulación.
-¿Qué hará desde Estrasburgo para mejorar la situación económica de España?
Los dos problemas centrales, las dos bombas en el corazón de Europa, son el paro y el envejecimiento de la población, a lo que se une que cada vez somos menos. El empleo está ligado a las inversiones productivas, vinculadas a los particulares con ideas y arrojo y al poder público.
El poder público europeo puede poner en marcha iniciativas como el programa de investigación, con 80.000 millones de euros para los investigadores: ingenieros, médicos, biólogos, físicos. También hay que impulsar el programa Conectar Europa, con las telecomunicaciones y la energía. Pero también hay que centrarse en la economía verde, el ahorro y la eficiencia energética. Ahí hay millones de puestos de trabajo. También los hay en la asistencia a las personas mayores y a los discapacitados: fisioterapeutas, nutricionistas, enfermeros… Es fundamental en un continente que envejece.
-¿Qué medidas pondría en marcha para acabar con dramas migratorios como los de Ceuta, Melilla o Lampedusa?
Para aproximarnos a la solución hay que conjugar tres verbos: ordenar, organizar e integrar. Ordenar los criterios generales de los flujos migratorios, el control en las fronteras, la política de visados. Organizar desde las instituciones europeas los flujos internos con los Estados que producen emigrantes para acabar con las mafias. Por último, integrar a los que vienen. Deben respetar las leyes europeas, la Carta de Derechos Fundamentales de la UE y aprender el idioma. Si no se hace así, se crearán guetos malos para la sociedad y para los que sufren estas situaciones.
Todo lo que los demócratas no hagamos por integrar a los inmigrantes lo harán los xenófobos por expulsarlos. Y eso es algo que no podemos permitirnos. Les necesitamos.
EN POCAS PALABRAS
-¿Vuela en primera clase?
Jamás. Hasta en ocho ocasiones he votado a favor de los vuelos en clase turista.
-No hace vida de partido. ¿Se considera una persona políticamente sosa?
[Ríe] ¿Políticamente sosa? No me gusta la vida de partido. Estoy dedicado a la vida política, pero durante tres años he sacado tres libros con mi mujer y uno en solitario. Si no hubiera podido hacer todo esto, no me hubiera presentado de nuevo. Para mí es fundamental cultivar el intelecto.
-¿Hay germanofobia en España?
No lo creo. El pueblo español admira mucho a los alemanes.
-¿Y viceversa?
En absoluto.
-¿Con cuál de los candidatos a eurodiputado le apetece cenar en Estrasburgo?
Cuando lleguemos, seguiremos teniendo las mismas relaciones cordiales que hemos tenido. Nos llevamos muy bien. Vamos a cenar indistintamente con unos y con otros.
-¿Cuánto durará UPyD cuando se jubile Rosa Díez?
De forma eterna, sin duda. Hasta que la democracia española pierda la condición de degradada.
Él tenía 22 o 23 años… Estaba bien, era muy estudioso y le interesaban estas cosas, como el estatuto de Castilla y León. No hay nadie más diferente que el mismo ser humano en distintas etapas de su vida.
¡Estuvieron los medios informativos del mundo entero! Pero me gustaría que se me recordara por mis intervenciones en el Parlamento Europeo o mis libros sobre Europa.