¿Les suena "el fin justifica los medios? ¿Les suena eso de lo perverso y lo astuto en política? ¿Les suena?: "El control de una parte de la sociedad por otra, es la esencia de la política?" ¿Les suena?: "Los hombres son tan simples y de tal manera obedecen a las necesidades del momento, que aquel que engaña encontrará siempre quien se deje engañar?"
Eso que han leído son algunas de las esencias en las que se basa tan "idílica y democrática" manera de ejercer "eso" de la política. Es el maquiavélico realismo político en su estado natural. Esencias que hemos visto aplicadas en nuestro entorno nacional. Por exponer dos ejemplos más que significativos:
"Dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre".
"La justicia hay que aplicarla, según la jugada".
O aquel axioma que algún partido político lleva en el frontispicio de su devenir político y que utiliza como hoja de ruta: "No importa que el gato sea blanco o sea negro, lo que importa es que cace ratones".
Efectivamente. Así es. Y en eso es en lo que estamos instalados. Dinamitados los idealismos, lo ético, lo digno, lo honrado, el interés colectivo, la filosofía humanista en nuestras vidas, nos hemos visto abocados (por la fuerza del 'poder maquiavélico', nunca por la fuerza de la razón democrática) a que nuestro presente y nuestro futuro estén al albur de lo pragmático y del realismo político en su más pura y dura esencia.
¿Pero alguna opción nos quedará? Sí, la que demostramos cada día y que se queda en el eterno, sosegado, sumiso y claudicante lamento. ¿No hay nada más? Pues me temo que no. Las rebeliones y foros cívicos han sido maquiavélicamente aniquilados. Se torpedean y boicotean los emergentes, y los que siguen al 'pie del cañón' se debaten entre la voz que clama en el desierto y el hacemos cuanto podemos pero no llegamos.
El pragmático realismo político 'nacional-canovista' se ha adueñado de todo. Hoy por ti, mañana por mí.
Las rebeliones y foros cívicos han sido maquiavélicamente aniquilados. Se torpedean y boicotean los emergentes, y los que siguen al 'pie del cañón, se debaten entre la voz que clama en el desierto y el hacemos cuanto podemos pero no llegamos. El pragmático realismo político 'nacional-canovista' se ha adueñado de todo
"Los fierabrás, las pócimas, los mejunjes" existentes se ha comprobado por activa y por pasiva, que no son curativos. El afianzamiento, el asentamiento de nuestros males, es de tal calibre que se duda haya remedio que erradique sus devastadores resultados.
Estamos abocados, por nuestra inanidad, sumisión y claudicación a que el mal acabe necrótico. ¿Por qué ese dejar hacer? ¿Por qué mirar hacia el otro lado? Quizás, porque nuestra cultura democrática es inexistente. No estamos acostumbrados a exigir nuestros derechos y libertades. Siempre hubo quien resolvió por nuestra cuenta. Lo nuestro es esconder nuestras cobardías y miserias entre la multitud. Lo nuestro es el: ¡que nos lo arreglen ellos!
Se nos condena al 'mal menor' o al "es lo que mejor que tenemos a mano". Y eso me temo va a quedar siendo nuestro sino. La resignación cristiana (los laicos la llevan en vena) como única salida ¡Pues qué bien! Y lo entiendo. ¿Eso es todo a lo que podemos aspirar? Claro que 'en la otra trinchera', en todo un detalle (¿sabrían que iba a escribir sobre la materia?), recogen en el documento marco de la Conferencia Política que han celebrado estos días, toda una tesis doctoral en la que poder comprobar eso del realismo político. ¿Maquiavelo a su lado? Un becario.
Mira que si en vez de esta actitud nos da por sacar la dignidad personal y ciudadana a pasear, y acabamos por decir que no estamos dispuestos al 'vuelva Vd. mañana', a servir de coartada de golfos y vividores. Mira que si nos da por decirles a quienes nos quieren vender su mercancía que sí que puede que se la compremos, pero que como que preferimos nos muestren los contenidos, toda vez que los envases que los envuelven, tienen pinta de estar caducados. Que puede que les compremos cuanto nos ofrecen, pero que de pago por adelantado como que no.
Se dice que el PP gobernará España a partir del 2012. Se juegan, nos jugamos mucho. Nos jugamos disipar el futuro tenebroso, lúgubre y de imprevisibles consecuencias, que se atisba en el horizonte.
Nos lo jugamos todo. ¿Recordarán este espíritu?:
"Cuando hemos dado batallas las hemos ganado, cuando no hemos dado la batalla, nos han ocupado el terreno. Cuando hemos salido a ganar el partido lo hemos ganado, y cuando hemos salido a heredarlo, nos quedamos sin nada."
Y dicen que quien hizo este discurso ejerció desde lo moral, lo ético, la ideología desde el bien común. Mucho de razonamiento y sentido de Estado, con casi nada de 'maquiavélico realismo político'.
¡Eran otros tiempos! Eran tiempos en que se estaba por lo democrático, por lo digno. Lo deseable.